Toronto fue la primera ciudad de norteamérica en incluir cubiertas verdes en las azoteas de sus nuevas construcciones.
En el año 2009 el Ayuntamiento de Toronto aprobó una ley por la que se obligaba a que los nuevos edificios tuvieran las azoteas llenas de vegetación. Desde el año 2010 empezó a aplicarse, y todos aquellos nuevos edificios que se construían estaban obligados a tener sus azoteas con jardines y vegetación. Además, no se tiene en cuenta si el edificio se usa para residencia, para uso comercial o institucional. En el 2012 se amplió también a las construcciones industriales y hoy han de tener sus cubiertas verdes al igual que el resto.
Inicio y razones de la propuesta de las cubiertas verdes
Todo ello comenzó porque en el año 2004 la ciudad de Toronto encargó a la Universidad de Ryerson un análisis e informe sobre los beneficios que puede aportar la implantación de las cubiertas verdes en los edificios en una ciudad. La idea inicial era que las ventajas de la implantación de los techos verdes fueran a gran escala. Es decir, que se instalen en toda la ciudad.
Los resultados del estudio concluyeron que la ciudad se iba a beneficiar de importantes ahorros económicos. Especialmente destacaban los de la gestión de aguas de lluvia, así como la reducción del efecto isla de calor. Esto, a su vez, consigue un ahorro energético en climatización.
Por ello, un año más tarde, en 2005, el alcalde de Toronto anunciaba públicamente que sería una ciudad con techos verdes. Comenzó entonces una estrategia en la que se incluían una serie de iniciativas con el objetivo de ir cubriendo las azoteas de vegetación. El programa piloto se iniciaba con ayudas y subvenciones para fomentar la instalación de estas cubiertas verdes, además de instalarlas en los edificios públicos. de esta manera poco a poco se iban cubriendo los techos y tiñéndose de verde. Ya en 2009 se publicó la ley oficial.
Hoy en día, Toronto cuenta con más de 36.517 metros cuadrados de techos verdes, tal y como se extrae de su web oficial del Ayuntamiento. Esto significa que es una iniciativa que va poco a poco. Y los beneficios se notan desde el principio. Por ello, es vital que se comiencen a probar normativas similares y fomentar la implantación de las azoteas verdes en más ciudades. El ahorro energético y económico se nota desde el inicio y pronto la reducción del impacto medioambiental. Algo que nos afecta a todos y está en nuestra manos poder cambiarlo.
No es tan difícil poner en marcha acciones que favorezcan este ahorro energético y la lucha contra el cambio climático. Puedes empezar proponiendo la implantación de una cubierta verde en tu azotea.