Las cubiertas verdes y los jardines verticales tienen numerosas ventajas para reducir el impacto negativo del cambio climático y también para la mejora de la calidad del aire. Son también un componente estético en las grandes ciudades y reducen el denominado isla de calor en urbes muy calurosas. Pero también hay diversos estudios que demuestran cómo son una solución perfecta para ahorrar energía tanto en verano como en invierno.
Análisis y estudios que demuestran el ahorro energético por vegetación en edificios
Un ejemplo de estos estudios es uno realizado en 2018 por un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y de la Università degli Studi di Camerino (UNICAM). Se propusieron determinar la relación existente entres el espesor del aislamiento térmico de los edificios y el rendimiento energético de los jardines verticales colocados en sus fachadas. Mediante una metodología llamada “optimización de la fachada verde” estos investigadores llegaron a la conclusión de que los jardines verticales que colocaron en las fachadas actuaron como un sistema de enfriamiento pasivo. Gracias al espesor de la vegetación en el edificio se reduce el calentamiento del sol y la dispersión de energía mediante la envolvente. Con esto se consigue una menor carga de energía para calefacción y refrigeración.
Otro de los estudios interesantes que demuestran este ahorro energético lo realizaron un grupo de científicos del Centro para la Construcción con Conciencia Ambiental de Kassel ( y publicado en Ecohabitar). Este proyecto, subvencionado por la Fundación Alemana de Medio Ambiente, tenía como objetivo determinar los comportamientos de aislamiento térmico de edificios con techos verdes. En los análisis realizados en uno de los techos estaba cubierto por una vegetación de hierbas silvestres de unos 16 centímetros. El techo tenía una inclinación leve y los resultados obtenidos con ello fueron que en verano, con unos 30 grados, la temperatura registrada en la cubierta por debajo de la capa de sustrato (la tierra) alcanza un máximo de 17,5º C. En las mediciones de enero, con una temperatura de -14º C, el registro bajo el sustrato nunca bajó de los 0 grados. Con todo ello, se evidencia el gran potencial de ahorro energético en la climatización del edificio tanto en verano como en invierno.
En un tercer estudio, publicado en la revista científica Sciencedirect se pone de manifiesto cómo las cubiertas verdes con una buena densidad de vegetación son un 60% más eficientes energéticamente. Para ello, desarrollaron un modelo matemático, por lo que el margen de error es muy pequeño. Los resultados pudieron demostrar estos efectos efectos sobre el enfriamiento pasivo de los edificios provocado por la vegetación plantada en los techos.
Por todo ello, se puede decir que las cubiertas verdes son científicamente un ahorro energético para los edificios. La instalación de cubiertas verdes o jardines en las azoteas son una solución perfecta para este ahorro de energía, lo que también supone un ahorro de dinero. Unido a todas las demás ventajas que ya tienen, lo convierten en una decisión perfecta en cualquier edificio de cualquier lugar.