hortoterapia

Huertos urbanos como terapia, ¿cómo funcionan?

Ya hemos hablado sobre las grandes ventajas de los huertos urbanos para las ciudades. Los huertos urbanos funcionan como pulmones para conseguir reducir o mitigar los efectos negativos del cambio climático o la contaminación. 

Pero también, en nuestro blog, hablamos de los grandes y numerosos beneficios  que tienen los huertos urbanos para la salud de las personas

Pues bien, los huertos urbanos también se utilizan como terapia. En concreto, son prácticas con la jardinería o la agricultura que se usan en diferentes colectivos, cuando tienen complicaciones para desenvolverse e integrarse en algún ámbito de la sociedad, y puede mejorar su calidad de vida. En concreto, hay terapias especializadas en huertos urbanos para personas discapacitadas, tercera edad o aquellos con riesgo de exclusión social. 

Terapias en huertos urbanos para estos colectivos

La denominada hortoterapia o terapia hortícola es una forma de utilizar los trabajos de jardinería y/o agricultura con el fin de mejorar habilidades y funciones psicomotrices, neurosensoriales, la memoria, etc. Todo ellos se trabaja mediante juegos, talleres o manualidades. 

En el caso de las personas de la tercera edad suelen tener orígenes rurales, por lo que los huertos urbanos les devuelve a su lugar de nacimiento e, incluso, a algún trabajo anterior. Muchas personas de más de 65 años que viven en grandes ciudades, se fueron en busca de oportunidades laborales mejores, pero empezaron a  trabajar en el campo en sus localidades. Es por ello, que las terapias de este tipo son muy beneficiosas para ellos. Les hace recordar, volver a vivir experiencias de su juventud y sentirse útiles. Es una terapia perfecta para aumentar su autoestima y  mejorar las relaciones sociales.

Para las personas con alguna discapacidad todas las actividades relacionadas con la agricultura y el contacto con la naturaleza son muy beneficiosas para mejorar sus habilidades físicas y cognitivas. Por un lado, el uso del huerto como terapia para este colectivo, sirve como estimulante de la movilidad, la motricidad y mejora la capacidad de atención. Pero, por otro lado, también hay centros en los que se utilizan como orientación laboral. Se les enseñan conocimientos necesarios para cuidar un huerto y fomentar así el trabajo autónomo y la responsabilidad para que pueda llegar a ser una salida laboral. 

Estas terapias para personas con riesgo de exclusión social les ayudan a mejorar su estado de ánimo y reducir el estrés o la ansiedad. Este tipo de personas suelen tener cualidades muy buenas para realizar estas tareas. Son personas muy pacientes y metódicas, por lo que los trabajos con ellos quedan muy completos.   A cambio, ellos se sienten capaces de hacer tareas útiles en el huerto , lo que les ayuda a sentir satisfacción y orgullo propio. Es una manera perfecta de desarrollar la paciencia y la responsabilidad, además de favorecer el manejo de las emociones,de la frustración,etc. También pueden servir como aprendizaje para un futuro laboral relacionado con ello. 

Lo mejor de estas terapias es que pueden adaptarse a las necesidades del colectivo. Cada huerto puede prepararse para ayudar al grupo concreto, dependiendo de lo que se requiera. Las actividades o los talleres que se organizan se pueden personalizar. 

Scroll al inicio